Este artículo da continuidad al de Metodología Ágil. Si bien no es imprescindible la lectura del mismo, sí te la recomiendo para darte contexto a la que ahora vas a leer.
Aunque me hubiera gustado ser el inventor del concepto de resultado ágil, éste forma parte de la metodología expuesta por J.D. Meyer (program manager de Microsoft) en su libro “Getting Results the Agile Way”. Basado en el anterior, Javier Cristobal, un ingeniero aeronáutico español, ha escrito “Resultado ágiles”, interpretación simplificada de la propuesta original.
El texto que sigue es, a su vez, mi propia interpretación. No respeto la literalidad del original, ya que me he permitido añadir mi visión particular y modificar algunos aspectos.
Si bien la metodología ágil está concebida para su aplicación directa a proyectos informáticos, no ocurre lo mismo con los Resultados Ágiles, que bien pueden ser utilizados como una disciplina personal de gestión del tiempo. Y, por extensión, un enfoque organizativo de proyectos internos corporativos.
El método plantea un flujo de trabajo basado en una serie de valores, principios y prácticas.
Veamos cómo aplicar el flujo de trabajo en nuestra vida:
- Tener una visión, basada en tus principios personales, de aquello que quieres conseguir. Debe tratarse de algo que dé sentido a tu vida, que te apasione, que merezca la pena.
- Basados en esa visión, tienes que escoger los tres objetivos que deberás conseguir en un trimestre. Un año es demasiado tiempo y el fracaso estrepitoso que cosechamos cada año respecto a los objetivos que teníamos a su comienzo, demuestra lo recomendable que es establecer plazos tan largos. No importa si alcanzas antes de tiempo los tres objetivos: siempre podrás añadir más. Y es que el método se basa en la flexibilidad de su aplicación.
- A partir de ahí establecerás tareas que te deben llevar a la consecución del objetivo (resultado) y las programarás con tres escalas: mensual, semanal y diaria.
- Cada programación se realiza justo final del ciclo anterior, reservando la revisión o retrospectiva del ciclo actual a su finalización. Así, al final de un mes planificaremos el siguiente. El viernes planificaremos tanto la semana siguiente como el propio lunes.
- Cada día debe contener una tarea de “lanzamiento” o puesta en marcha y otra de cierre. La primera puede consistir en algo de ejercicio, una ducha y el desayuno. La segunda debe suponer la finalización del día laboral, preparándonos para el descanso.
- En la planificación de tareas debemos dotar de tiempo a aquellas que son repetitivas y con frecuencia conocidas, para reservar tiempo a otras que son puntuales.
- Debemos considerar no sólo tareas profesionales, sino todas aquellas relacionadas con el ámbito personal y social: debemos disponer de tiempo para comer adecuadamente, entrenar nuestro cuerpo, descansar, divertirnos y atender nuestras obligaciones y necesidades personales, como las relacionadas con nuestra salud y nuestras finanzas.
- Monitoriza aquellos aspectos críticos de tu vida que definen el balance, o la falta del mismo, entre los distintos aspectos mencionados anteriormente. Son los denominados puntos calientes. Algunos ejemplos: tu peso, las horas que duermes, la salud de tu relación de pareja, etc. Del resultado de la monitorización tendrás que ajustar tus tareas para restablecer el equilibrio.
- Podemos tener guardadas tareas de alto nivel no programadas, correspondientes a proyectos futuros.
- Deja colchones -buffer- de tiempo para absorber las desviaciones que, con seguridad, tendrás.
- Ajusta todo lo que necesites, sé flexible y nunca te culpes por no conseguir todo lo que te propones.
- Procura tener un Plan B: una segunda estrategia para conseguir un objetivo, si la primera falla. Normalmente será necesario un cambio de tareas.
- Diseña sprints mensuales. Cada sprint contiene un objetivo diferente a los 3 principales. Se trata de algo complementario y no crítico. Reserva un tiempo diario o semanal para tu sprint del mes. Por ejemplo: mi objetivo principal puede ser “escribir una entrada al blog cada semana” y el sprint puede consistir en “formarme en técnicas de gestión del tiempo”. El objetivo del sprint coadyuva al principal, pero es esencialmente independientes.
- Te aconsejo que hagas un bosquejo inicial con papel y lápiz. Después ya puedes mecanizar la programación con alguna aplicación informática.
Una vez que hemos echado un vistazo al flujo de trabajo, veremos los valores, principios y prácticas… pero eso será otro día.